El inicio de un nuevo año trae consigo la oportunidad de reflexionar sobre nuestros hábitos y establecer nuevos propósitos para mejorar nuestra salud y bienestar.

Consejos clave para alcanzar tus metas:

1. Establece metas realistas. Antes de embarcarte en un viaje para perder peso, es importante establecer metas realistas y alcanzables. Evita caer en la tentación de querer perder peso rápidamente. Fíjate objetivos a corto plazo y recuerda que el proceso es gradual y requiere tiempo.
2. Adopta una alimentación equilibrada. Prioriza alimentos frescos y naturales, como frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales. Reduce el consumo de alimentos procesados, ricos en grasas saturadas, azúcares y sodio. Además asegúrate de mantener una hidratación adecuada.
3. Incorpora el ejercicio físico. Encuentra una actividad física que disfrutes y que se adapte a tus necesidades, preferencias y forma física, lo importante es que te motive. Recuerda que es importante tanto el ejercicio de cardio como el ejercicio de fuerza.
4. Establece una rutina de sueño. Un mínimo de 7 horas diarias son fundamentales para que tu cuerpo segregue las hormonas necesarias para recuperarse y “recargarse”.
5. Busca apoyo y motivación. Busca compañeros de ejercicio, únete a grupos de apoyo, coméntaselo a tu pareja, amigos… Compartir tus metas con otras personas te mantendrá motivado y evitará que abandones.

Los propósitos de Año Nuevo para adelgazar no se tratan solo de perder peso, sino de adoptar un estilo de vida saludable a largo plazo. Recuerda que cada persona es única y que lo que a una persona le “funciona” a otra probablemente no.

Ponte en manos siempre de profesionales y no recurras a dietas o productos milagro, así como a personas que sin estar preparados se dedican a dar consejos, vender productos y prometerte resultados inalcanzables.

Mantén una actitud positiva, celebra tus logros y disfruta el proceso.

Y cuando somos de esas personas que no estamos acostumbradas a parar, a desconectar, a dejar lo que creemos prioritario a un lado, por lo verdaderamente prioritario?

Pues se para, sin más. Y vemos que todo sigue, que no pasa nada por dedicarte unos días (pocos, eso sí), pero son esos días necesarios para poder estar después al 100%.

Y si ese momento es en esos días en los que más carga de trabajo tienes, porque como te dice todo el mundo: “es la época”, “se acerca el verano”, “operación bikini”…

Pues te dedicas a verlo todo desde la barrera, con perspectiva, y sabiendo que dedicarás esos días, esos últimos días en los que ya te encuentras al 80% a actualizar datos, renovar, estudiar nuevas pautas, nuevos métodos, a empaparte de lo último… Porque en el día a día frenético que llevas no tienes casi tiempo. Bueno, sí!! Quitas ese tiempo de tus horas de sueño o de ocio.

En ese momento estoy, con muchas ganas de retomar actividad y con energía en modo ascendente.

Gracias por vuestra compresión siempre…

Tras casi un año de pandemia en el que hemos cambiado nuestras vidas por completo, quiero hacer una reflexión de lo que me he encontrado en consulta en estos meses.

Al principio creía que las estadísticas estaban mal, esas estadísticas que decían: “cada español ha engordado como media de 4 a 7 kg durante el confinamiento”.

Una vez que volvimos a trabajar, observé que mis pacientes, la mayoría, se habían mantenido en el peso e incluso habían perdido peso. Qué ocurría? Pues que estas personas tenían ya una rutina y unos hábitos adquiridos durante el tiempo en que habíamos estado en consulta!!

Y tras varios meses, sobre todo después de Navidad, pasan por la consulta pacientes que sí cumplían con esas estadísticas de las que se hablaba y que además, han continuado ganando peso.

Causas de este aumento de peso tras el confinamiento:

• Gimnasios cerrados
• Estrés debido a la situación laboral y sanitaria
• Teletrabajo
• Falta de motivación…
• Podría decir muchas más porque la verdad que cada paciente tiene su historia personal

Me alegra ver que la gente quiere volver a su rutina, a cuidar su alimentación y su salud en general. Y yo espero poder seguir ayudando a conseguir sus objetivos.

Se ha hablado de varios factores de riesgo en relación al COVID-19, como diabetes, hipertensión, ECV… pero existe otro muy importante: la obesidad. Estos pacientes presentan una mayor tasa de complicaciones graves por el virus.
Existen ya varios estudios que demuestran esta afirmación:
– La revista “Metabolism: Clinical and Experimental” publicó un estudio realizado en la población china y estimó que el riesgo de complicaciones es hasta seis veces mayor si un paciente de COVID-19 sufre obesidad.
– “Obesity”, en Francia, afirma que la relación entre exceso de peso y gravedad por COVID-19 aparece de forma progresiva: a mayor obesidad, más probabilidad de complicaciones y de ingreso en la UCI.
– En Nueva York, “The New York Times”, alerta el grave problema que puede suponer ya que el 42% de los estadounidenses son obesos. Se ha considerado que los obesos extremos tienen un riesgo de complicación igual al de las personas mayores de 65 años.
– En España, la SEEDO (Sociedad Española de Obesidad), considera el exceso de peso uno de los principales factores con mal pronóstico. Además, el tejido adiposo supondría un agente transmisor de la enfermedad.

Algunas de las explicaciones podrían ser:
– Menor función respiratoria en obesos.
– Las personas obesas parten ya de un estado de inflamación crónica.
– El obeso tiene mayor predisposición a la formación de trombos.
– El virus tiene una puerta de entrada con los adipocitos.
– El tejido adiposo actúa como reservorio y de esa forma permanece más tiempo en el paciente.
– La grasa corporal interfiere en la absorción de medicamentos.
– La obesidad descompensa el funcionamiento del organismo.

En el día a día normal de una persona  pueden producirse situaciones estresantes que nos lleven a padecer momentos de ansiedad por la comida.

En estos días de cuarentena, en los que tenemos que estar todo el día en casa, estos momentos de ansiedad se ven multiplicados, llevándonos a comer peor, entre horas y alimentos ricos en grasas y azúcares.

A continuación aparece un sentimiento de culpabilidad por «no estar haciéndolo bien». Es preocupante cuando se convierte en un círculo vicioso del que no somos capaces de salir.

No nos debemos culpabilizar por vivir esos momentos, es completamente normal sentirnos angustiados y estresados. Recuerda que existe una conexión intestino-cerebro que favorece esta situación.

En el documento adjunto  enumero una serie de alimentos que nos ayudan a controlar esta ansiedad.

Controlar la ansiedad

Espero que os guste.